jueves, 23 de agosto de 2012

Pozo ciego


Suben a flote de golpe haciendo olas, y así también se hunden, se precipitan derrumban con un remolino que se chupa todo, un sifón que deja limpia la mesa.
Mi memoria, la miro ahora, temprano todavía de noche, un pozo ciego. Patalean, se ahogan, no veo pero siento, trato de atrapar algo, pego un manotazo, una imagen.
La cara de una mujer sonriendo, contándome que su madre la vio por el barrio con un niño en brazos. Se me escapa el resto, se ahoga, se va en silencio.

Viene un pupitre, vuela por el aire un aula con un pizarrón, una clase en una escuela, somos gente grande, hacemos la tarea, nos burlamos de la maestra, nos reímos en el recreo ¿Estuvo bueno el churro?
Se desparraman los papeles, por el piso las carpetas, manotazos. La cara de mi hermano sonríe serena, tendrá diez años, le estoy sacando una foto y me mira como si me estuviera teniendo paciencia, lo veo a través del visor de la cámara, detrás de él hay troncos blancos, uno al lado del otro, formando un bosque.

No hay comentarios: