lunes, 31 de agosto de 2020

Comer

 


 

Mastico un huevo inclinado sobre el plato. No sé en qué pienso ni miro lo que tengo abajo. Mis hombros se contracturan.

Soy una especie de ser inclinado sobre su plato. Usando sus manos para llevarse la comida a la boca. Dos pinzas, dos patas, dos pezuñas.

Un ser que ingiere, procesa, asimila y desecha. Un transformador que produce energía para seguir en movimiento.

Por un error de cálculos también parezco tener cierta capacidad para observarme. Ahí empiezan los problemas.

Ya ni siquiera resisto haciendo trabajos manuales. Flota la cara confusa, deriva y esconde, fecunda, la mano en un cajón de su espalda.

No hay comentarios: