I
Escribir
la fascinación-tiempo,
de modo que,
porque me concierne
me ocupa,
es disponer permanecer
sobre la ausencia ya-no-hay-mundo
¿y esto por qué?
Pues parece que supiéramos
algo que rebalsa, significa,
se ha desplazado
la palabra soledad,
y sin embargo,
¿solo?;
Fantasmas,
patéticas no discutiremos.
¿Y por qué esto?
Pues hay palabras.
Ya están listas.
Ladran.
Silban.
Bailan.
Sombras.
¿De dónde vienen?
¿A dónde van?
¿Sobre qué se sustentan?
Giran sobre muecas,
donde arde el plateado miedo
y borrachas por la niebla eléctrica
que les martilla los ojos
se tambalean,
se apoyan en olas gigantes,
en olas pequeñas,
no encuentran la llave,
la imagen que les abra la puerta,
y se las lleva la espuma
que fermenta las flores,
una bruma, una broma
dulce y muda como el fuego
el humo de los crematorios,
o el carozo esencialmente ese
soledad.
O sea.
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