sábado, 5 de septiembre de 2020

I- Escribir

 

I

 

Escribir

la fascinación-tiempo,

de modo que,

porque me concierne

me ocupa,

es disponer permanecer

sobre la ausencia ya-no-hay-mundo

 

¿y esto por qué?

 

Pues parece que supiéramos

algo que rebalsa, significa,

se ha desplazado

la palabra soledad,

y sin embargo,

¿solo?;

Fantasmas,

patéticas no discutiremos.

 

¿Y por qué esto?

 

Pues hay palabras.

Ya están listas.

Ladran.

Silban.

Bailan.

Sombras.

 

¿De dónde vienen?

¿A dónde van?

¿Sobre qué se sustentan?

 

Giran sobre muecas,

donde arde el plateado miedo

y borrachas por la niebla eléctrica

que les martilla los ojos

se tambalean,

se apoyan en olas gigantes,

en olas pequeñas,

no encuentran la llave,

la imagen que les abra la puerta,

y se las lleva la espuma

que fermenta las flores,

una bruma, una broma

dulce y muda como el fuego

el humo de los crematorios,

o el carozo esencialmente ese

soledad.

O sea.

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